Elecciones en disputa: Uruguay entre dos aguas

Elecciones en disputa: Uruguay entre dos aguas

Aunque las encuestas señalan a la izquierda con una leve ventaja, nadie en Uruguay puede asegurar quién ganará la próxima elección presidencial. La falta de emoción electoral y el plebiscito por la seguridad social marcan la agenda.
 
Daniel Supervielle, Diálogo Político, 9 de octubre de 2024
 

 

Las elecciones del domingo 27 de octubre definirán la composición del Parlamento en Uruguay. Aunque no se puede afirmar que en esta instancia de votación se defina el próximo presidente.

A menos que el partido opositor, el Frente Amplio (FA), obtenga más del 50% de los votos en octubre, el escenario que prevén los analistas para la segunda vuelta en noviembre es una competencia cerrada entre el exintendente de Canelones, Yamandú Orsi (FA), y el exsecretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, del Partido Nacional (PN).

Apatía electoral

Los comicios se desarrollan en un ambiente de apatía. Son las elecciones con menos atractivo de los últimos 35 años. Los dos principales candidatos no generan pasiones ni por sus propuestas ni por sus discursos. Ambos son uruguayos tranquilos, que no parecen incomodar a nadie.

Tanto Orsi como Delgado son experimentados políticos profesionales que conocen muy bien los intrincados vericuetos de la administración pública en Uruguay. Eso los hace tan normales como predecibles. De Delgado se dice que seguro será mejor presidente que candidato. Sin embargo, la sorpresa en esta elección es el presidenciable colorado, Andrés Ojeda, quien se ubica tercero en las encuestas.

Los candidatos

Álvaro Delgado, el candidato del oficialismo, es veterinario y comenzó su carrera política en la militancia gremial universitaria, convirtiéndose en una figura clave del actual presidente Luis Lacalle Pou. Ha sido diputado, senador y secretario de la Presidencia, destacándose por su gestión durante la pandemia de covid-19.

En las internas de su partido, arrasó con una votación de 72%, mayor a la de Lacalle Pou cinco años antes (55%), lo que le permitió decidir el nombramiento de su candidata a vicepresidenta: Valeria Ripoll, una controvertida sindicalista excomunista.

La designación de Ripoll, quien no pertenecía al Partido Nacional y había criticado públicamente a Lacalle Pou, causó sorpresa y dejó a algunos desconcertados. Existen opiniones divididas entre los analistas. Para algunos, fue una decisión audaz de Delgado; y para otros, un error.

Yamandú Orsi, el candidato del Frente Amplio, es profesor de historia y ha desarrollado su carrera en Canelones, uno de los departamentos más grandes de Uruguay. Fue secretario de la intendencia durante diez años y luego electo intendente, cargo en el que fue reelecto. Apoyado por el expresidente José Pepe Mujica, Orsi ganó con facilidad las internas del FA, obteniendo un 60% de los votos frente a Carolina Cosse, quien es su compañera en la fórmula.

Fuera de la política municipal, Orsi ha mostrado cierta ambigüedad en temas clave, como el plebiscito sobre la reforma del sistema de seguridad social, que promovió la central sindical (PIT-CNT) y al que el FA dejó a sus votantes en libertad de acción. Y aunque se ha mostrado contrario a esta iniciativa que los economistas consideran riesgosa para el país, no ha sido contundente en sus declaraciones, lo que le ha valido críticas por su falta de firmeza en temas importantes.

La sorpresa de la campaña es Andrés Ojeda, un abogado penalista de 40 años que, con escasa estructura, ganó las internas del Partido Colorado, principal socio del PN en la coalición oficialista.

Álvaro Delgado, Yamandú Orsi y Andrés Ojeda. Fuente: Medios Públicos. 2024.

El FA y la Coalición

Hoy, el Uruguay político está dividido en dos bloques casi equivalentes: el Frente Amplio, una coalición de izquierda que incluye socialistas, comunistas y ex tupamaros; y la Coalición Republicana, formada por cuatro partidos de centro, centro derecha y derecha: Nacional, Colorado, Independiente y Cabildo Abierto. Estas dos alianzas definirán la elección y el panorama político del país para los próximos cinco años.

El FA, con múltiples facciones, se fundó como coalición de fuerzas de izquierda en 1971. Por otro lado, la CR es una alianza electoral que se unió en 2019 para derrotar al FA, tras 15 años de gobiernos de izquierda. Lacalle Pou ha gobernado en coalición, superando las dudas sobre la durabilidad de la plataforma.

A pocas semanas de las elecciones, Ojeda es el único que ha crecido en las encuestas. En filas coloradas, se especula con la posibilidad de que alcance el balotaje en noviembre, desplazando a Delgado. Sin embargo, esto requeriría un cambio abrupto de la opinión pública.

Aunque Ojeda representa la nueva forma de hacer campañas electorales, es poco probable que supere las estructuras partidarias tradicionales del PN, especialmente en el interior del país donde los blancos controlan 15 de 19 departamentos.

Temas y preocupaciones

En todo el país se percibe una falta de voluntad para un cambio de rumbo. Uruguay vive un clima tranquilo de convivencia política. Aunque en las últimas semanas hubo cruces discursivos, no hay enfrentamientos en las calles ni sectores movilizados.

La inflación es baja, el salario real se ha recuperado tras la pandemia y el desempleo se encuentra en niveles razonables. Uruguay sigue siendo una de las pocas democracias plenas del mundo.

Los temas que más preocupan a los uruguayos son la pobreza infantil, el costo de vida y la seguridad pública, especialmente el aumento de la violencia vinculada al narcotráfico en barrios carenciados y el deterioro de las cárceles. Estos temas requieren de un gran acuerdo nacional, pues cada año que pasa, el Estado pierde terreno y la delincuencia avanza.

No se prevén grandes cambios de orientación económica ni por parte del oficialismo ni de la oposición. Sin mucho margen de maniobra en el Mercosur, Uruguay se aproxima a las elecciones con probada estabilidad económica y jurídica.

Lo único que parece alterar este escenario es el plebiscito impulsado por la central sindical y una minoría del FA para derogar la reforma del sistema de seguridad social que aumentó en 2023 la edad jubilatoria a los 65 años. De aprobarse, el plebiscito (que elimina las Administradora de Fondos de Ahorro Previsional) sería un golpe para la credibilidad del sistema político y un espaldarazo para el PIT-CNT y el Partido Comunista del Uruguay.

Los principales candidatos y hasta el presidente Lacalle Pou han rechazado el plebiscito por el daño que causaría al país de ser aprobado.

Conclusiones

El Frente Amplio parece ser el favorito para ganar, pero el alto número de indecisos (más del 10%) genera incertidumbre. Aunque la sorpresa de Andrés Ojeda podría alterar el tablero, sigue siendo improbable que llegue al balotaje.

La aprobación del plebiscito, que revertiría las reformas del sistema de seguridad social, complicaría la credibilidad internacional del país y viabilidad económica del próximo gobierno.

Por su parte el presidente Lacalle Pou termina su mandato con altos índices de aprobación personal, proyectando su liderazgo hacia el futuro. Este activo lo capitaliza Álvaro Delgado del PN.

Aunque no haya un ambiente de cambio, esto no significa que los ciudadanos no quieran cambiar de elenco en el gobierno. Las próximas semanas serán clave para consolidar perfiles y ganar el apoyo de los indecisos, quienes definirán en las urnas con un ánimo unánime de que las cosas en Uruguay podrían estar mejor pero no están tan mal.

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