Riego y Productividad: Potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay
Fecha de publicación: 3/2023
El porvenir de Uruguay en materia económica depende en buena parte del desempeño de la actividad agropecuaria, determinado por múltiples factores. Entre ellos, la alta dependencia del clima atenta tanto contra la obtención de mayores rendimientos de los bienes del sector, así como de su estabilidad en el tiempo.
Puntualmente, la introducción del riego generó un aumento en el rendimiento de más del 80% en maíz y del 40% en soja, respectivamente, en promedio en los últimos seis años. En temporadas con escasas precipitaciones, el riego logró que los rendimientos más que se dupliquen en ambos cultivos.Por otra parte, la implementación del riego en la ganadería muestra un aumento significativo en la tasa de procreo y en los kilogramos obtenidos. En ambos casos, su implementación reduce la volatilidad entre temporadas, asegurando un piso a la producción que permite llevar adelante la actividad en un escenario de menor incertidumbre.
En este Informe Especial, CERES se propone estudiar la viabilidad y el impacto económico de una mayor implementación de sistemas de riego en la ganadería y en los cultivos de soja y maíz en Uruguay. Para estos últimos, el área bajo riego alcanza hoy casi 40 mil hectáreas. Si se continúa con el ritmo de crecimiento de los últimos tres años, se podría llegar a alrededor de 300 mil hectáreas hacia 2030. Para el caso de la ganadería —de menor extensión en hectáreas regadas— se estima el impacto de introducir 250 módulos cada año, que logre regar 100 hectáreas cada uno, también hasta 2030. Una vez se alcance el objetivo propuesto, se produciría un impacto total cada año —dado los encadenamientos productivos que generaría en toda la economía— cercano a los USD 2.500 millones, y en el acumulado hasta 2030 rondaría los USD 10.000 millones. Además, la inversión necesaria total para la instalación de los sistemas de riego sería de unos USD 1.800 millones, con un impacto en la economía superior a los USD 7.500 millones a lo largo de los ocho años. Durante este periodo, se daría un aumento progresivo de la actividad —a partir del incremento en las exportaciones y una mayor inversión— que alcanzaría en 2030 una magnitud cercana a los USD 3.900 millones, lo que se traduciría en un crecimiento del PBI de ese año del 4,8% y dejaría para años siguientes una economía 3% más grande con respecto a un escenario con el nivel de riego actual.
Para incentivar el desarrollo de esta práctica, en base al estudio y entrevistas con informantes calificados, CERES propone un conjunto de medidas: nuevos métodos de financiamiento, mejorar la difusión de resultados, generar un plan público - privado para facilitar la instalación eléctrica necesaria y profesionalizar el riego con mayor capacitación e investigación, entre otras, de forma tal de generar los incentivos necesarios para que el riego se transforme en una política de Estado.