Madurez política
Madurez política
Por Ricardo Peirano
Semanario Voces, 31 de octubre de 2024
Uruguay brindó el domingo pasado una prueba más de madurez política, una prueba más de por qué es una de las pocas democracias plenas en el mundo. Tentado el electorado por una propuesta de reforma constitucional, tan atractiva para los votantes como destructiva para el país, las urnas dijeron con claridad meridiana que no correría tras una iniciativa populista, que no se dejaría llevar por el canto de sirenas que proponían la utopía de trabajar menos y ganar más por arte de magia.
Y, lo que es aún más importante, que no estaba dispuesto a echar por la ventana la solidez institucional y el prestigio internacional adquirido en los últimos cuarenta años, rompiendo las reglas de juego y destruyendo la seguridad jurídica que brinda a propios y a extraños.
El plebiscito de reforma constitucional de seguridad social naufragó pese al empeño de la central de trabajadores y de los partidos Comunista y Socialista. Y naufragó con limpieza y sin dudas. No llegó al 40% de los votantes quienes apoyaron una insensata reforma que no consiguió el apoyo de los principales candidatos.
Es hora de dar vuelta esta página y no insistir en ella como dicen las autoridades del PIT-CNT, sin dar demasiada importancia a la voluntad popular expresada en las urnas. Una actitud poco democrática.
Por lo demás, las elecciones del domingo vuelven a marcar la paridad entre los bloques mayoritarios, tal como se observó en la segunda vuelta de las elecciones de 2019 y en el referéndum de la Ley de Urgente Consideración (LUC). Leves oscilaciones, con predominio de la Coalición Republicana. pero sin tener mayoría parlamentaria por los efectos del régimen de representación proporcional atenuado.
El cambio más significativo fue el de Cabildo Abierto, que sufrió un desplome de ocho puntos porcentuales. Puntos que se repartieron casi por partes iguales entre el Partido Colorado y el Frente Amplio. La caída de Cabildo Abierto y la falta de impulso del Partido Independiente ha abierto interrogantes para el futuro de la Coalición. Pero, al mismo tiempo, la CR se muestra como una entidad más unida y que puede exhibir un buen funcionamiento en estos casi cinco años. El propio concepto de la Coalición Republicana tiene un valor más significativo que la suma de las representación de cada partido..
En todo caso, más allá del balotaje, la conformación del parlamento sugiere que ha llegado la hora de negociar en serio y de adoptar políticas de largo plazo con consensos básicos en varios temas (especialmente en seguridad pública, educación e inserción internacional).
Si esto se consiguiera, habría que considerar muy positivo el resultado del domingo en cuanto a reforzar las virtudes que Uruguay ha exhibido hasta ahora y corregir las carencias.
El pequeño país, que es referencia en América Latina por su estabilidad, tiene por delante el desafío de crecer a tasas mucho más altas que las evidenciadas en los últimos diez años. Sin eso, no se podrán atender las demandas sociales de inversión en áreas claves. Eso requiere políticas de largo plazo, y para ello acuerdos interpartidarios. Eso requiere más madurez política. Partiendo de lo reflejando el domingo en el plebiscito de la seguridad social, no sería imposible conseguirlo. Pero interpela a los lideres partidarios.