Cárceles: Hora de la Reforma
Cárceles: Hora de la Reforma
Daniel Supervielle, 4 de febrero de 2025
Hubo una época no muy lejana en la que a las personas privadas de libertad se les llamaba presos o reos, y a los centros penitenciarios, simplemente cárceles. Las calles eran menos violentas; los hombres que vivían en ellas eran considerados vagabundos, y el tráfico de drogas que vemos hoy era casi inexistente.
El narcotráfico y la violencia asociada eran problemas de México o Colombia, no de Uruguay; nosotros éramos una sociedad distinta. Sin embargo, hoy las cárceles se han convertido en una bomba de tiempo; no solo no rehabilitan, sino que hacen lo contrario. Son una fábrica de nuevos y más sofisticados delincuentes, y una fuente de resentimiento.
Sucesivos gobiernos han eludido enfrentar este problema tanto política como presupuestariamente. Los esfuerzos del actual ministro del Interior para comenzar a abordar la cuestión parecen estar dando sus frutos. Su sucesor ha expresado la intención de continuar con varios de los rumbos establecidos por esta administración.
Era hora de que el tema de la seguridad nacional y el sistema penitenciario se tratase como una política de Estado, con acuerdos entre partidos. La amenaza creciente del narcotráfico, con su secuela de violencia y corrupción, debe ser enfrentada antes de que se arraigue aún más.
En ese contexto, el Libro Blanco de Reforma Penitenciaria, presentado a finales de 2024, es una señal esperanzadora donde se plasma claramente el diagnóstico que ya no puede ser ignorado y -lo mejor- se proponen vías de acción.
En el Monitor de Seguridad de CERES de enero de 2025, abordamos este tema. Los asuntos urgentes que copan los titulares de los portales –como Conexión Ganadera, los clásicos de verano o las deportaciones ordenadas por Donald Trump en Estados Unidos– no deben hacernos olvidar un problema fundamental: la reforma del sistema penitenciario.
Lo que está en juego es la vida sana de nuestra sociedad.