Armas de fuego y delito en Uruguay | Setiembre 2024

Fecha de publicación: 9/2024

Presencia de armas de fuego ilícitas y su vínculo con el delito

Foto: presidencia.gub.uy

El tráfico ilícito de armas y de municiones representa un desafío creciente en términos de seguridad a nivel global, y Uruguay no es ajeno a esta realidad. Este fenómeno no opera en un vacío, sino que está estrechamente vinculado con actos de violencia perpetrados por grupos de delincuentes, siendo el narcotráfico una de las actividades ilícitas más relacionadas con el uso de armas de fuego.

Las municiones representan otro pilar fundamental en el mercado ilícito de armas, ya que las armas obtenidas ilegalmente solo pueden utilizarse mientras haya un suministro constante de municiones. Nuestro país no es productor de armas ni de municiones. Las armas de fuego más comúnmente encontradas en manos de delincuentes en la región provienen de Estados Unidos, Turquía, Israel, Alemania, Argentina, Bélgica, Hungría y Brasil. A su vez, en la región, Argentina, Chile, Brasil, México y Estados Unidos son fabricantes de municiones.

En el Monitor de Seguridad del pasado mes de febrero el Dr. Gonzalo Croci planteó que la violencia relacionada con el crimen organizado ocurre cuando tres factores clave funcionan simultáneamente: la disponibilidad de armas de fuego, que facilita la violencia; la presencia de individuos reclutados que ejercen la violencia; y la existencia de suficiente dinero para comprar esa violencia. Para reducirla, un gobierno puede atacar uno de estos pilares o abordar los tres al mismo tiempo, aunque esto último requiere políticas muy diferentes. El interés de conseguir armas va creciendo a medida que estos grupos criminales se van consolidando no solo por la rentabilidad que implica el tráfico de armas, sino también por la necesidad de mantener por la fuerza y la violencia un nivel de superioridad que permita tener un control territorial, elemento fundamental para el desarrollo de las actividades delictivas.Las armas portátiles, debido a su facilidad para ser ocultadas y transportadas, han propiciado un negocio lucrativo en el tráfico ilegal, el cual a su vez alimenta y financia otros tipos de delitos graves.

Como ejemplo de ello, el año pasado, en la operación Trigger IX, la mayor acción contra armas de fuego ilícitas liderada por Interpol, en América Central y del Sur se llevaron a cabo 14.260 detenciones y confiscaron unas 8.263 armas de fuego ilícitas, además de 305.000 cartuchos de munición. Esta operación puso de manifiesto la conexión entre las armas de fuego ilícitas, la fabricación y el tráfico de drogas. En el marco de esa operación en Uruguay se incautaron 100.000 piezas de municiones que traficaban dos ciudadanos europeos. Fue la mayor incautación de este tipo en la historia del país.

El uso de las armas de fuego se encuentra relacionado con el cobro de deudas, venganza, infundir temor, amedrentar o demostrar poder. Según cifras del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, el promedio de los homicidios consumados por uso de arma de fuego está por encima del 60 % en los últimos diez años habiéndose registrado un pico de 71 % en el 2018 (año con mayor cantidad de homicidios desde que hay registros).  Asimismo, en los dos últimos años el 60% de las rapiñas fueron cometidas con este tipo de armamento.

 Evolución legislativa en materia de control de armas de fuego

En la legislación uruguaya se encuentran seis delitos referidos a la posesión, el porte y el tráfico ilegal de armas de fuego. En el año 1995, a través del artículo 15 de la Ley de Seguridad Ciudadana se incorporó al Código Penal el delito de “Porte y tenencia de armas”. En el año 2001 mediante el artículo 141 de la ley de presupuesto se agregó un delito a quien porte un arma de fuego estando condenado con sentencia firme por delitos como asociación para delinquir, violación, atentado violento al pudor, entre otros, o cometiera dichos delitos con violencia o intimidación usando un arma de fuego. Finalmente, en el año 2014 mediante la aprobación de la Ley N.º 19.247, se sustituyó el delito “Porte y tenencia de armas” por el de “Porte y tenencia de armas de fuego” y se agregaron los delitos de tráfico interno e internacional de armas de fuego, así como su tenencia no autorizada y porte en lugares públicos. El decreto reglamentario N° 345/020 tiene el objetivo de lograr un efectivo contralor para la adquisición de armas de fuego y municiones.

 


La tenencia legal de armas de fuego

En la actualidad, la compra, herencia o regularización de un arma, requiere la obtención del Título de Habilitación de Adquisición y Tenencia de Armas (THATA) que tiene una validez de cinco años. Este título autoriza la tenencia de hasta ocho armas; quien quiera poseer más de esta cantidad deberá tramitar el carné de coleccionista. La tipificación penal de tráfico interno de armas hace que tener un arma sin el debido permiso se transforme en un delito.

Para adquirir y tener cualquier tipo de arma autorizada, el primer paso es obtener el THATA ante la Jefatura de Policía del departamento en el que se reside. El interesado debe tener 18 años cumplidos, constancia de Certificado de Antecedente Judiciales y justificativo de ingresos o medios de vida. Además, es necesario un certificado de aptitud psicofísica expedido por un profesional competente que evalúa la estabilidad emocional del solicitante. Asimismo, quien realiza el trámite por primera vez requiere un certificado de idoneidad en el manejo de las armas y de conocimientos de la legislación vigente. En los últimos diez años se han renovado y tramitado por primera vez un promedio de 6.000 THATA por año.

Nota: Elaboración propia con base a información proporcionada por el Ministerio del Interior.

Luego que se adquiere el arma se debe tramitar la Guía de posesión de armas, que es el documento que acredita la propiedad de la misma. Se expide en el Registro Nacional de Armas (RNA) dependiente del Servicio de Material y Armamento del Ejército Nacional. El RNA lleva la trazabilidad de todas las armas que ingresan al país de forma legal, hasta su destrucción. Hay unas 615.000 armas registradas oficialmente.

El THATA y la guía habilitan para tener y a transportar un arma de un lugar a otro, descargada y con la munición en una caja adecuada. Esto significa que el arma no puede estar lista para ser usada. Para portar un arma, en condiciones de ser usada de forma inmediata, es necesario tramitar el Porte de Armas. El porte se encuentra limitado a las armas cortas, no más de una a la vez y no puede estar a la vista. En los últimos tres años, los pedidos de porte de armas han aumentado, influenciado por el hecho de que la nueva reglamentación exige que los oficiales de la Policía y de las Fuerzas Armadas en situación de retiro realicen el trámite, requisito que antes no era necesario.

Nota: Elaboración propia con base a información proporcionada por el Ministerio del Interior.


Las armas y el delito

Según los datos de la fiscalía general de la Nación, se observa una variación en el número de personas imputadas y condenadas por delitos relacionados con armas de fuego y explosivos durante el período comprendido entre 2020 y 2023. En 2020, se registraron 744 casos, mientras que en 2021 hubo una disminución a 594. Sin embargo, en 2022 se observó un aumento a 728 casos, seguido de una ligera reducción en 2023 con 708 casos. Además, se destaca que el 92% de los imputados y condenados fueron hombres.

En cuanto a la franja etaria, se encontró que la mayoría de las personas imputadas se ubicaban en el rango de 18 a 25 años, seguido por el grupo de 26 a 35 años. Desde el 2019 a fines de 2023, los delitos referidos a las armas de fuego representan aproximadamente el 3,8% del total de delitos registrados, y constituye el séptimo delito teniendo en cuenta el número de imputados.

La proliferación de armas y su fácil acceso adquieren una dimensión crítica en contextos de incremento de la violencia, ya que intensifican su papel como factor de riesgo. Los tres fiscales de homicidios de Montevideo coinciden en que el uso de armas automáticas y la disponibilidad generalizada de armas de fuego contribuyen significativamente a la escalada de la violencia en Uruguay, lo que requiere medidas urgentes para su control y prevención.

Según el fiscal de homicidios Carlos Negro el incremento de la violencia y las formas de la violencia está relacionado con el uso de armas automáticas, un fenómeno reciente en nuestro país. “El arma automática es un denominador común en la periferia de Montevideo”, afirmó al programa MVD Noticias de TV Ciudad. Las pistolas Glock que utiliza la policía son semiautomáticas, lo que significa que disparan una bala cada vez que se acciona el disparador. Sin embargo, los delincuentes las modifican para que disparen en ráfagas y las equipan con cargadores de 30 y hasta 50 municiones.

Por otro lado, la fiscal Mirta Morales manifestó su preocupación por que “hay (armas de fuego) de todo tipo y (los delicuentes) están armados hasta los dientes”. En tanto, afirmó que se hacen muchos allanamientos y las armas desaparecen. Por su parte, la fiscal de homicidios, Adriana Edelman dijo que lo delincuentes  “manejan unas armas que son realmente muy potentes”, de acuerdo con investigaciones en sus redes sociales, y que las mismas “se alquilan, se ceden o se prestan a cambio de otras cosas”. Esta modalidad de exhibir en redes sociales armas de gran potencia es un aspecto preocupante pues sugiere una cultura de glorificación de la violencia y el uso de armas, además de la gravedad que indica una red informal y peligrosa de acceso a las mismas.

Las armas incautadas por la Policía periódicamente son enviadas al Registro Nacional de Armas donde son inventariadas en base a la marca, modelo, calibre y número de serie e ingresadas al depósito judicial. Posteriormente, si alguna persona puede acreditar su condición de propietario, podrá retirarla. Las que no son reclamadas a derecho, son destruidas. En promedio, se destruyen 4.000 armas por año.

Desde el año 2014 se han incautado 35.213 armas, discriminadas en 25.455 armas cortas y 9.758 armas largas, lo que representa un promedio de nueve armas por día. El 45% de las incautaciones se produjeron en Montevideo, seguido por Canelones, Maldonado y Paysandú. De todas las armas incautadas solo el 4,6% estaban debidamente registradas y denunciadas como hurtadas.

Respecto de las incautaciones de municiones para el mismo período en total fueron 255.663, siendo en los departamentos de Montevideo, Maldonado, Canelones y Artigas donde se produjeron las mayores incautaciones. El departamento de Balística Forense de la Policía Científica dispone de un software con una base de datos de armas, lo que permite comparar proyectiles y vainas recolectadas en escenas de crímenes y relacionarlos con armas específicas.

En la actualidad cuenta con un registro de alrededor de 240.000 vainas ingresadas en el sistema. La relación de incautaciones de armamento y balas por departamentos es acorde con el nivel de denuncias de delitos en los mismos, siendo los tres primeros los de mayor población.

En marzo de este año, en el Área de Control Integrado (ACI) del puente internacional General Artigas, fueron detenidos dos hombres que intentaron ingresar a nuestro país un subfusil en un ómnibus de línea uruguayo procedente de Argentina, así como cargadores y municiones. En junio, un ciudadano uruguayo con nacionalidad argentina fue detenido en el puente internacional General San Martín, cuando pretendía ingresar al Uruguay piezas de fusiles de asalto AK-47.

Armas fantasmas

Otro problema adicional son las armas “fantasma”, que son armas de fuego compuestas de varias piezas de diferentes armas o que carecen de número de serie lo que, al ser montadas en partes, no permiten establecer una trazabilidad sobre su origen y propietario. Pueden montarse con piezas sueltas o comprarse como kits desmontados, que suelen incluir componentes inacabados como el receptor o el armazón. En Estados Unidos la compraventa de esas partes es legal, luego se envían a diferentes países donde las organizaciones criminales complementan las piezas restantes y las ensamblan.

En los años 2021 y 2022 se detectó en nuestro país la aparición de este tipo de armas. Esta modalidad de las “armas fantasmas” también se complica aún más debido a que algunas partes pueden ser fabricadas de manera “casera” con impresoras 3D.

 


ShotSpotter: tecnología clave para la detección y respuesta a disparos de arma de fuego en Montevideo.

Desde el mes de diciembre de 2023 en algunos barrios de Montevideo se instaló el sistema ShotSpotter, que permite mediante la inteligencia artificial determinar si un sonido se trata de un disparo de arma de fuego y saber cuándo se produjo y desde dónde fue realizado. A su vez, envía en tiempo real una alerta al Centro de Comando Unificado para enviar una respuesta policial al lugar. Con una inversión de US$ 2 millones, el sistema cubre un área de 12 kilómetros cuadrados en Montevideo, de los 528 que tiene en total el departamento, y los puntos fueron seleccionados de acuerdo a un análisis de donde se producen la mayor cantidad de incidentes con armas de fuego.

En la primera evaluación realizada en el mes de febrero, del total de eventos por disparo de arma de fuego al que concurrió la policía, solo el 28% fue denunciado a través del 911, lo que indica que hay muchos eventos que la población no denuncia. De las 320 alertas recibidas, 289 fueron confirmadas como disparos reales, de las cuales 233 fueron confirmadas por el software y 56 por otros medios.

El sistema ShotSpotter fue fundamental como elemento de prueba para indicar la vivienda desde la que salieron los disparos que asesinaron a un funcionario policial en el mes de febrero. La tecnología también sirvió para corroborar que las vainas recabadas en la escena del crimen coincidían con las de la alerta que ese software envió al Centro de Comando Unificado.

En la última presentación semestral de las denuncias de delitos se incluyeron cifras sobre el sistema Shotspotter, las mismas indican que tuvo un 86% de efectividad, se incautaron 14 armas y 643 vainas, permitió la formalización de 13 de 15 detenidos y fue clave para asistir a 11 personas que habían sido heridas con armas de fuego. En una entrevista el director de Tecnología del Ministerio del Interior, Fabricio Fagúndez, indicó que se ha llegado a detectar disparos con 50cm de precisión de donde ocurrió el mismo.


 

Reflexiones finales

Es importante entender que las armas se producen y se venden de manera legal a un primer comprador. A partir de allí, comienza una ruta de desvío que las lleva de la legalidad a la ilegalidad. Identificar lo que se conoce como el "punto de desvío" es fundamental, y para ello es necesario mejorar la capacidad de investigación y rastreo de todas esas armas que terminan en manos de delincuentes. El tráfico de armas se vuelve más complejo cuando traspasa las fronteras, convirtiéndose en un problema transnacional, por lo que la cooperación internacional es esencial para abordarlo de manera efectiva.

Los datos analizados no cubren por completo la necesidad de información sobre la presencia de las armas de fuego en nuestro país y su incidencia en el delito, pero nos pueden ayudar a comprender mejor la realidad. Es un tema que es trascendente pero no está en el tapete de la discusión pública. No hay una relación lineal entre las tasas de homicidio y la proliferación civil de armas de fuego. Hay países fuertemente armados, pero relativamente pacíficos y viceversa. A su vez, el porcentaje de armas legalmente registradas, que son hurtadas y luego se utilizan para cometer delitos es muy bajo, lo que sugiere que existe un problema muy significativo de circulación de armas que ingresan al país de forma ilegal y alimentan el círculo delictivo.

El monitoreo de la presencia de disparos de armas de fuego, incluso en áreas donde este fenómeno no parece ser evidente, es fundamental para activar una respuesta policial inmediata, teniendo en cuenta la baja propensión de la población en riesgo a alertar estos sucesos a las autoridades.

En línea con las propuestas de la Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva es recomendable incorporar al Visualizador sobre violencia y Criminalidad, los datos referentes a registros, hurtos, incautaciones de armas, desagregados por tipo de arma, y ubicación geográfica, a fin de facilitar el acceso a la información y el estudio del fenómeno. Analizar el tráfico de armas en Uruguay permitirá tomar decisiones de política pública basadas en evidencia con el fin de reducir la presencia del principal facilitador de delitos violentos.

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