Pulso global | Agosto 2023
Fecha de publicación: 8/2023
Bienvenidos a Pulso global. En esta edición encontrarás las siguientes secciones:
- LA LUPA: China pierde la confianza
- LAS SEÑALES: Alemania en recesión
- EL TERMÓMETRO: Níger tras la ejecución del golpe de Estado militar
- EL RASTREADOR: El líder de Wagner y una muerte misteriosa
- LO QUE SE VIENE: Escenario incierto en España.
La lupa
China pierde la confianza
Presidente de China, Xi-Jinping
El creciente autoritarismo del presidente Xi-Jinping, tres años de restricciones canalizados a través de la política “Covid-cero” con un final abrupto, la propia desconfianza de los inversores locales en las actuales circunstancias y nuevas limitaciones estadounidenses para la inversión en sectores estratégicos, auguran un nuevo escenario que desafía las posibilidades chinas para impulsar su desarrollo y sostener así su creciente influencia en los grandes asuntos globales.
Tomando el período de tiempo que comprende desde el giro aperturista de Deng Xiaoping hasta la actual administración de Xi, el régimen chino parece mostrar un patrón que se asemeja a lo visto en otros sistemas autoritarios: mediante las reglas de juego del libre comercio y el respeto a los derechos de propiedad, permiten el florecimiento de los negocios, la atracción de inversiones desde el exterior, el surgimiento de empresas a pequeña, mediana y gran escala. No obstante, una vez alcanzado cierto nivel de desarrollo, el régimen tiende a dar un giro intervencionista sobre la economía que provoca un nivel generalizado de desconfianza, tanto de inversores locales como extranjeros, cuyos efectos negativos suelen persistir a lo largo de los años, si es que no se profundizan.
Cuando Xi asumió las riendas de China en 2013 comenzó una feroz campaña de anticorrupción que derivó en medidas arbitrarias y discrecionales del Partido Comunista Chino (PCCh), no solo sobre sus miembros, sino también sobre empresarios de sectores estratégicoscon el objetivo de direccionar los grandes fondos de inversión a capitalizar las empresas gestionadas por el Estado. Con la llegada de la pandemia del Covid-19, el gobierno optó por la estrategia de “cero covid”, que implicó rigurosas cuarentenas generalizadas, más estrictas y duraderas que las implementadas en occidente, y a pesar de que en el inicio de su tercer mandato Xi decidió ponerle fin a esta política, la crisis de confianza ya alcanzaba hasta a los estratos bajos y medios, tanto de la sociedad como de los negocios. En tanto, los tecnócratas continúan perdiendo su lugar en los lugares de decisión del Estado, siendo reemplazados por los hombres de confianza del presidente y del PCC.
Según ilustra The Economist en una nota publicada en la última semana, existe un desalineamiento entre los objetivos del partido que propone Xi, bajo el lema de “prosperidad común”, y las aspiraciones de la nueva generación china que aún confía en la política del máximo mandatario. Los jóvenes graduados están notando que las habilidades que aprendieron durante su estadía universitaria no encuentran lugar en el mercado laboral, en tanto, la tasa de desempleo de la población entre 16 y 24 años que habita en las metrópolis chinas supera el 21% (este dato, junto con los de confianza del consumidor, dejaron de publicarse recientemente al mostrarse poco favorecedores para el régimen). Sin embargo, el presidente chino parece estar más centrado en su enfrentamiento con Estados Unidos que en el desarrollo económico en el corto plazo: la economía en el segundo trimestre apenas creció 3,2% anualizado.
Los recientes datos y las perspectivas negativas de corto y mediano plazo que está sufriendo China no sólo puede explicarse por cuestiones internas. Durante la presidencia de Donald Trump se desató una guerra comercial entre las dos potencias con la imposición de aranceles restrictivos para el comercio que perdura hasta la actualidad. Este mes, la Casa Blanca, bajo mandato del demócrata Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para limitar las inversiones estadounidenses en inteligencia artificial (IA), computación cuántica y semiconductores, sectores estratégicos en lo que refiere a seguridad y defensa, y clave para el desarrollo tecnológico militar.
A pesar de existir un alineamiento desde occidente para contener la expansión china en todas sus dimensiones, los analistas han sido críticos con el enfoque de Washington respecto al tema. Esto se debe a que las condiciones estructurales de la economía china podrían representar una oportunidad desaprovechada por occidente en términos de captación de capitales, trabajadores y estudiantes chinos, que puede lograrse eliminando las grandes barreras, sin comprometer a los sectores estratégicos vinculados de forma estrecha a la seguridad nacional.
Las señales
Alemania en recesión
Berlín, Alemania | PxHere
La actividad económica en Alemania se mantuvo constante en el segundo trimestre, en comparación con el anterior. Este dato de estancamiento se enmarca en un escenario negativo previo: en los dos trimestres anteriores la economía cayó, configurándose una recesión.
Tomando como referencia el período comprendido entre abril y junio, la actividad en 2023 fue 0,2% inferior en comparación con 2022. Como resultado el estado de la economía alemana es crítico, sin perspectivas de mejora en el corto y mediano plazo según especialistas: el Bundesbank espera que se mantenga sin cambios en el tercer trimestre.
A pesar de la resiliencia del mercado laboral, el salario real se encuentra en niveles de 2015. Además, la política monetaria contractiva más agresiva en décadas para contraer el aumento de precios ocasionado por la guerra de Ucrania, incentiva el ahorro por sobre el consumo y la inversión. Esto llevó a que el consumo de los hogares no haya crecido en el segundo trimestre en comparación con el primero. Además, el gasto del gobierno tuvo un pequeño crecimiento de 0,1% en el periodo, al igual que la inversión de capital. En tanto, la producción industrial está estancada, con escasos signos de recuperación futura por el aumento de costos de endeudamiento y energía y la baja demanda extranjera que genera que varias empresas busquen su salida del país. Este pobre dinamismo en la demanda de las exportaciones se explica mayoritariamente por la desaceleración de la economía china. Dentro de las potencias europeas, Alemania es la de mayor dependencia del país asiático, lo que llevó a que las ventas cayeran 1,1% con respecto al trimestre anterior.
Alemania está expuesta a un triple golpe. Por un lado, su industria parece vulnerable a la competencia extranjera y los conflictos geopolíticos, con poca confianza de mejora por parte del empresariado. Por otro, las dificultades de la industria condicionan el camino propuesto hacia el objetivo de alcanzar la neutralidad en emisiones netas. Y por último, enfrenta un problema demográfico dado el envejecimiento de su fuerza laboral.
Esto consolida su posición como una de las economías más débiles dentro de las potencias globales. Según proyecciones del FMI será la única del G7 que caerá en 2023. La economía germánica pasó de ser líder dentro de Europa a una potencia rezagada: en la década anterior fue el gigante europeo con mayor crecimiento, mientras que en la actual muestra dificultades para consolidar un aumento sostenido de la actividad.
Esto pone una interrogante sobre el modelo alemán como potencia industrial, un federalismo cooperativo construido sobre estrechas relaciones entre sindicatos y empleadores que propagó el crecimiento por todo el país. Desde los partidos políticos de gobierno, las propuestas para una salida a la situación actual van desde subsidios a la electricidad para uso industrial, el financiamiento de la construcción sustentable y la vivienda social, propuesta por el Partido Verde, y la reducción de impuestos y la generación de incentivos para que el sector privado invierta, promovido por el Partido Democrático Libre (FDP).
Lo único seguro es que, por la naturaleza de las fuerzas que frenan la economía alemana, la crisis es más estructural que coyuntural, lo que hace poco probable un repunte fuerte en el futuro cercano.
El termómetro
Níger tras la ejecución del golpe de Estado militar
Protesta contra la presencia militar francesa en Níger tras derrocar al presidente democráticamente elegido Mohamed Bazoum | EFE
Níger, el país más extenso de África Occidental, ocupó un lugar dentro de las secciones internacionales de los principales diarios del mundo durante el último mes tras la ejecución de un golpe de Estado militar que destituyó al presidente democrático Mohamed Bazoum, en manos del jefe de la guardia presidencial Abdourahamane Tchiani, quien llevó a cabo su arresto.
Bazoum había sido electo presidente nigerino en 2021 luego de imponerse en la segunda vuelta con el 56% de los votos, derrotando a Mahamane Ousmane, expresidente entre 1993 y 1996. Las acusaciones de fraude estuvieron presentes luego de darse a conocer los resultados, y el mandatario elegido asumió el poder de manera anticipada ante un intento golpista que buscaba evitar su asunción.
Tchiani, quien se autoproclamó presidente de la junta militar ahora gobernante llamada “Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria”, justificó el golpe alegando “la degradación permanente de la situación de seguridad”, refiriéndose al avance del terrorismo yihadista en la región, que el Estado se encontraba combatiendo en conjunto con fuerzas francesas y estadounidenses. En paralelo, miles de manifestantes se reunieron en las calles para celebrar la destitución del presidente y a asaltar la sede del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS) de Bazoum. Fue llamativo que muchos de ellos portaban banderas de Rusia y proclamas con una fuerte retórica antifrancesa, lo que revela el entramado geopolítico detrás de la crisisnigerina.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), compuesta por una oncena de países y apoyado por Francia y Estados Unidos, rechazó enérgicamente el golpe y amenazó con una intervención militar en caso de que Bazoum no sea repuesto en el poder. No obstante, el ultimátum venció el 6 de agosto y aún no se llevaron a cabo acciones directas contra Níger, a pesar del temor de que las acciones golpistas continúen extendiéndose por el resto de los países que intentan fortalecer las incipientes democracias de la región. En tanto, Mali y Burkina Faso, dos excolonias francesas con gobiernos autoritarios tras sendos golpes acaecidos recientemente (y actualmente suspendidos por la Cedeao), declararon su apoyo a la junta militar nigerina.
A pesar de la evidente superioridad en materia económica y militar de los países democráticos de la Cedeao, los eventuales costos de una intervención y la presencia del grupo de mercenarios rusos Wagner en la coalición de estados golpistas dificulta una eventual operación exitosa en Níger sin el apoyo de las grandes potencias occidentales. Sin embargo, dada la importancia del país en cuestión para el abastecimiento de energía de Francia, no se debe descartar algún tipo de accionar de su parte. De acuerdo con cifras extraoficiales, alrededor del 25% del uranio que abastecieron las plantas de energía nuclear francesas son de origen nigerino y por otra parte, el gasoducto planificado que conectaría las reservas de Nigeria con los centros de consumo europeos debe, necesariamente, atravesar el territorio del país ahora gobernado por Tchiani.
El rastreador
El líder de Wagner y una muerte misteriosa
El jefe de Wagner, Prigozhin, fue enterrado a puerta cerrada en San Petersburgo | EFE
El pasado miércoles 23 de agosto comenzó a circular el rumor de que Yevgueni Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner, había muerto en un accidente de avión en la región de Tver, entre San Petersburgo y Moscú, junto con otras nueve personas. El domingo 27, el Comité de Instrucción de Rusia confirmó que uno de los cadáveres encontrados correspondía efectivamente Prigozhin.
La misteriosa muerte no genera más que suspicacias luego de que el pasado 23 de junio Prigozhinllevara adelante una rebelión contra el gobierno ruso, con el objetivo de remover a la cúpula militar encabezada por el ministro de Defensa Serguéi Shoiguy el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov (hombres de extrema confianza de Vladimír Putin), a quienes acusaba de atacar a las propias tropas de Wagner en terreno ucraniano y dirigir la guerra en favor de las élites rusas. El motín incluyó una marcha de centenares de soldados del grupo mercenario desde Rostov del Don hacia Moscú, sin embargo, antes del arribo a la capital, Prigozhin ordenó retirarse luego de la mediación del presidente bielorruso Aleksandar Lukashenko.
Aunque el Estado ruso está llevando a cabo la investigación para determinar la caída del avión, desde occidente se muestran escépticos sobre los resultados que puede arrojar el estudio. Diversos analistas plantean que la muerte de Prigozhin es una muestra de poder del gobierno de Putin y una señal de que las disidencias no están permitidas.
Prigozhin fue fundador el Grupo Wagner, una empresa militar privada (también llamados mercenarios) que tiene su base en la ciudad de San Petersburgo, a pesar de que el código penal de Rusia prohíbe la creación de estas organizaciones. Wagner ha llevado adelante diversas operaciones en la guerra de Ucrania y jugó un rol muy importante en la toma de la ciudad de Bajmut. Además, también tienen presencia en diversos países de África, donde los inestables gobiernos que cuentan con ejércitos de poca o nula capacidad operativa se hacen de sus servicios para llevar a cabo determinados procedimientos a cambio de dinero y control sobre recursos naturales.
Lo que se viene
Escenario incierto en España
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo | La Moncloa - Gobierno de España
Las elecciones celebradas el 23 de julio vislumbran un escenario complejo para conformar el próximo gobierno de España. Si bien el Partido Popular, al mando de Alberto Núñez Feijóo, obtuvo la primera minoría (137 escaños), sus posibilidades de lograr acuerdos para alcanzar la mayoría absoluta (175 votos afirmativos) o simple (más votos positivos que negativos) mediante acuerdos con otras facciones parlamentarias, necesarios para formar gobierno, son cercanas a cero.
Francina Armengol, presidenta del Congreso, fijó el debate de la investidura para el 26 y 27 de septiembre. En caso de que el PP fracase en las dos instancias para formar gobierno, habrá un plazo de dos meses para negociar y fijar una nueva fecha para formar gobierno. Aquí, el Partido Socialista Obrero Español del actual presidente Pedro Sánchez, tendría la posibilidad de buscar acuerdos con los grupos minoritarios del congreso que le permitan gobernar. Si no hay acuerdo en 60 días, se convocaría a nuevas elecciones de forma automática, a celebrarse a mediados de enero.